21/10/17

Adicción compulsiva al juego [21-10-17]

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Adicción compulsiva al juego

La ludopatía y los abusos de internet y sexo son las nuevas enfermedades a nivel mundial

La ludopatía es una adición compulsiva al juego, que además de crear problemas psicológicos en quien la presenta, complica de manera sustancial a los que la rodean. Se trata de una de las nuevas adicciones contempladas a nivel mundial, junto al abuso del internet y del sexo. Sin embargo, ninguna de ellas es tratada como tal en México.

La ludopatía es una enfermedad, y como tal se debe abordar. Puede ir acompañada de otros trastornos previos como los afectivos, depresivos o de ansiedad, o bien, desencadenar en alguno de ellos.

El director del Departamento de Psiquiatría del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, Sergio Villaseñor Bayardo, advierte que la ludopatía es desconocida entre la población, pero se cree que hablar del juego patológico es una exageración.

No es así. Se trata de una enfermedad compulsiva que hace al paciente generar altos niveles de adrenalina a través de situaciones de estrés, como el hecho de perder de manera continua en una máquina de juegos, una partida de póquer o una apuesta en carreras de caballos.

No todo el que juega es ludópata. La mayoría de las personas que acuden a casinos, juegan por internet o apuestan de manera esporádica, por lo que no llegan a presentar la adicción. Sin embargo, existen ciertas características de la personalidad, o problemas mentales agregados que ponen en mayor vulnerabilidad a ciertas personas, que hacen más fácil el camino hacia el juego patológico.

“En el hospital podemos atender a estas personas, pero no vienen. La sociedad apenas empieza a darse cuenta que es un problema grave; parece que es diversión, que genera empleos y turismo, pero la experiencia internacional dice que es negativo para la economía y para la salud; finalmente se pierde”.

El tratamiento de un ludópata diagnosticado depende del grado de adicción. Pueden aplicarse terapias psicológicas como la conductual cognitiva, y combinarla con terapia farmacológica. Sin embargo, para llegar a ello primero se requiere la aceptación del propio paciente y de su familia. También es de mucha ayuda el acercamiento a grupos de apoyo similares a los de Alcohólicos Anónimos, creados desde el momento en que se aceptó al alcoholismo como una enfermedad.

En Estados Unidos existen asociaciones dedicadas a las personas con adicción al juego y sus familias, así como centros de rehabilitación. El problema es que la ludopatía todavía no es tomada en cuenta, al menos en México, como una adicción que esté causando muchos conflictos a la población.

No se cuenta con estadísticas veraces que indiquen un número alto de personas con problemas con el juego, y se debe a que el ludópata no tiene conciencia de su juego patológico y no acude al médico; entonces, su caso no se registra.

“El que no se cuente con cifras del problema, no quiere decir que no existan personas cursando con este padecimiento mental. Hay muchas personas con fobias, y no vienen a consulta. No tienen conciencia de ello, entonces un ludópata es difícil que acuda, solamente que esté en bancarrota o en la cárcel es cuando se da cuenta. Falta mucha educación al respecto”.

Además de un tratamiento para la ludopatía, la persona que la padece es susceptible a presentar complicaciones con otros trastornos mentales como depresión, o adicciones como el alcohol y las drogas, por lo que requerirá de una intervención amplia y un tratamiento más largo.

FRASE


"Parece que es diversión, que genera empleo y turismo, pero la experiencia internacional dice que es negativo para la economía y para la salud. Finalmente se pierde"

Sergio Villaseñor Bayardo, director de Psiquiatría del Antiguo Hospital Civil.

¿Qué pasa en el cerebro?

Euforia


El cerebro de un individuo tiene un circuito de recompensa, que pide acciones que impliquen una satisfacción, como una buena comida, una bebida o una relación sexual placentera.

Este placer deja memoria en el cerebro, por lo que se busca una y otra vez.

El órgano cerebral tiene la posibilidad de dictar acciones que causen daño o que hagan sentir mal a la persona. Este circuito está constantemente funcionando y, a veces, se activa de más, como en el caso de los dependientes a las drogas, sobre todo cocaína. Son receptores que esperan estímulo y, cuando lo reciben, se percibe el mundo de una manera muy intensa, eufórica, pero transitoria. Y después viene la caída.

En el ludópata pasa algo similar: cuando se está en una situación emotiva, como estar sentado frente a una máquina de juegos de azar, una ruleta o una baraja, se liberan sustancias endógenas que hacen que el individuo se sienta alterado y eufórico.

Especialistas apuntan que, en el fondo, lo que disfruta el apostador es perder, por la descarga de adrenalina.

Los casinos impactan la fisonomía urbana

Arquitectura, diseño e imagen


Fincas con enormes letreros luminosos, con focos de colores sobre las paredes o árboles permanecen encendidos la mayor parte del tiempo para atraer la visita de los paseantes y con colores llamativos son las que albergan a los casinos en la ciudad.

Algunos de estos inmuebles rompen con la  fisonomía urbana debido a los elementos que buscan atraer la atención de las personas. El arquitecto y director de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO), Alejandro Canales Daroca, comenta que las casas de apuesta están albergadas en espacios ya existentes que fueron habilitados para dicha función, pero que de inicio no fueron pensados como casinos.

Aclara que en ocasiones, la propuesta consiste en remodelar los edificios completamente con la intención de integrar destacados elementos visuales y una iluminación mayor a la acostumbrada en los negocios de carácter nocturno.

Recalca que el tema a discusión en los casinos es cómo impactan el espacio urbano, ya que existen varias casas de apuestas que “rompen con la estructura urbana”.

Para el arquitecto Juan Palomar Verea, los casinos al igual que cualquier otro giro comercial, “deben cuidar más que la arquitectura, su funcionamiento. Cuando un nuevo local se instala en los alrededores de algunas colonias, todo el movimiento cambia alrededor de él y ahí es donde entra la autoridad para que imponga elementos que no destruyan las comunidades”.

Agrega que “se tiene que verificar los emplazamientos donde puedan colocarse estos establecimientos para que no alteren las vialidades ni la vida de las colonias de los alrededores porque esos son efectos colaterales que se pueden resolver desde antes. Los casinos son giros que tienen un cierto grado de complicación; para que estos no tengan mayor complicación debe entrar el ayuntamiento o la autoridad que le corresponda porque el problema no es sólo de imagen o de arquitectura”.

Apunta que la propuesta arquitectónica de los casinos debe ser regulada por la autoridad.

En lo anterior coincide Canales Daroca, quien destaca la importancia de una normativa que vigile el aspecto visual de la ciudad porque es “impresionante la cantidad de espectaculares que bombardean al conductor y se van incrementando”. El director de la ECRO pide que se respete la fisonomía urbana para que la ciudad tenga una personalidad saludable para las personas que transitan por las diversas arterias de la metrópoli.

Los vecinos incómodos

Pierden tranquilidad


La tranquilidad de Mireya no es la misma desde hace tres años que empezó a operar un casino a la vuelta de su casa, en la Avenida México, cerca de un centro comercial. Día y noche pasan autos a exceso de velocidad por la calle donde vive. Los conductores de los autos a veces son los usuarios mismos del casino o son los choferes del servicio de estacionamiento. “Si quienes van al casino se dieran cuenta de cómo los empleados tratan sus autos, ni se los dejarían. No les importa que la calle esté empedrada, baches o topes. Ellos pasan en friega”.

Mireya se queja de que a los vecinos de la zona nunca se les consultó que se construiría un casino cerca de sus viviendas, que con el paso del tiempo les traería problemas para que sus familiares encontraran un lugar donde dejar su auto cuando la visitaran. “Ya hemos ido a quejarnos al casino, pero se burlan de nosotros. Nada más nos dicen ‘hey, sí señora, ahorita’”.

Rosalba suspira antes de expresar su queja. Dice que ya está harta de que ella y sus demás vecinos no puedan dejar su auto en la chochera de su casa porque ésta es invadida por los jóvenes que trabajan en el vallet parking del lugar. “Alguien debería de venir a poner orden. El casino tiene tres estacionamientos. No sé si todos se llenan, pero si no, para qué vienen y se estacionan afuera de las casas”.

A los vecinos no les ha quedado más que llamar a las grúas, poner conos anaranjados en sus chocheras o simplemente aguantarse el coraje.

A las quejas de los vecinos del Fraccionamiento Monraz se suma la de los habitantes de la colonia Residencial Victoria. Todavía no ha pasado ni un mes que se inauguró un casino en la plaza subterránea que está en el cruce de las avenidas Lapislázuli, Mariano Otero y López Meteos, y las molestias de los vecinos no se han hecho esperar, similares a la de otros residentes que viven alrededor de un casino.

Claudia Hernández vive a una cuadra del nuevo casino. Ya le tocó ver a un vecino enfurecido porque su cochera fue bloqueada. Él llamó a una grúa y solucionó su problema en ese momento.

Revela que los residentes nunca fueron consultados si estaban de acuerdo o no para que en su colonia se construyera un casino. Los vecinos se quejaron también de que los casinos irrumpieron la tranquilidad con la que se vivía en sus colonias. A cualquier hora del día se escucha el ruido de los autos, las alarmas, los gritos, risas y hasta discusiones de clientes que salen alcoholizados.

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